El pasado 6 de julio en Benamejí, Córdoba, se celebró el acto de constitución de CAIS (Consorcio Andaluz de Impulso Social). Se trata de un proyecto innovador iniciado por ocho entidades que intervienen en el sector de las drogodependencias, entre las que se encuentra la Federación ENLACE, junto a ANTARIS y POVEDA de Sevilla, NOESSO de Almería, JOMAD y ARPOM de Málaga, EMET-ARCOIRIS de Córdoba y GIRASOL de Cádiz.
El proyecto CAIS es una propuesta de Creación de un Grupo Cooperativo para las entidades del tercer sector y que pretende abrirse a más entidades a partir de septiembre para dar respuesta a las necesidades que se presentan en el sector y que pueden convertirse en oportunidades de desarrollo y fortalecimiento.
Su función es la de prestar servicios de apoyo, impulso y visibilización a las actividades que desarrollan las entidades.
Esta estructura cooperativa está organizada en siete áreas básicas de trabajo y servicios:
- Área de formación.
- Área de Calidad.
- Área de conexión y redes.
- Área de transformación social.
- Área de inserción laboral.
- Área de impulso empresarial e integración.
- Área de comunicación e incidencia.
CAIS es un proyecto a largo plazo, que debe ir desarrollándose de forma continua, avanzando en las distintas áreas de trabajo conforme se vayan consolidando las fases previas. Esta nueva estructura permitirá mejorar el servicio que las entidades de tercer sector damos a nuestras personas usuarias y, a su vez, nos conectará entre nosotras y aumentará nuestra base social.
Por todo ello, tenemos el convencimiento de que el proyecto CAIS será el inicio de un camino hacia la generación de nuevas entidades de economía social, de generación de nuevas líneas de negocios e ingresos, de creación y sostenibilidad del empleo y de nuevos proyectos de innovación social. Asimismo, facilitará la creación de nuevas sinergias con actores de otros territorios y de replicación de buenas prácticas y proyectos de éxito.
Finalmente, seremos partícipes de un proceso ilusionante de transformación social hacia modelos más justos y sostenibles, de cara a incorporar una mayor resiliencia en nuestras entidades y en nuestro propio quehacer cotidiano. Compartiendo recursos y facilitando servicios que nos hagan desempeñar nuestra tarea cada vez mejor y con mayor incidencia social, permitiendo nuevas oportunidades a aquellas personas que se encuentran en riesgo de exclusión o directamente excluidas del actual modelo de desarrollo.